domingo, 27 de enero de 2013

Galletas de mantequilla de cacahuete (peanut butter cookies)

Pues lo prometido es deuda. El viernes se celebró en todo el mundo el Día Mundial de la Peanut butter (aquí llamada mantequilla de cacahuete o de maní). Y aunque en nuestro país no es muy popular, quería rendirle un pequeño homenaje a este ingrediente tan peculiar horneando estas exquisitas galletas.


La mantequilla de cacahuete es un producto muy extendido en los países anglosajones. Los que hayáis estado en alguno de ellos recordareis como lo comen sin parar en múltiples formas. Desde las galletas (de el tipo que hoy os presento y de mil variedades más) a las barritas de snack, pasando por tartas y bizcochos. Pero sin duda la manera más popular de comer esta mantequilla es metida entre dos rebanadas de pan de molde, creando así el famosísimo peanut butter sandwich. Este suele ir con mermelada de fresa o incluso añadiéndole mantequilla normal (el colmo de los colmos, jeje). Aunque mi aportación particular al respecto es un sandwich de mantequilla de cacahuete y rodajas de plátano calentito de la sandwichera. Exquisitamente excesivo, jeje.

Es un ingrediente que provoca en los comensales opiniones muy radicales. O se ama, o se odia. ¿Dentro de cual de los grupos estáis vosotros? A mi particularmente me gusta, pero en cantidades muy moderadas. Es de un sabor muy intenso, al que quizá no estoy tan acostumbrada.

Se piensa que en la america precolombina ya se usaba la pasta de cacahuete como ingrediente principal en algunos platos gastronómicos. Pero la comercialización de este producto se produjo, paradójicamente para uso medicinal (parece de locos, ¿eh?) en 1765 en el famoso balneario de Battle Creek donde también se originó la marca Kellog's. Pero el producto como lo conocemos ahora ( y con los fines anteriormente mencionados) no apareció en escena hasta principio del siglo XX, cuando fue creado en Australia y promovido en la Feria Internacional de Louisiana en 1904. Y el resto es historia. Rara es la serie/película anglosajona en la que no aparezca alguien comiendo alguna variedad de este producto o comiéndolo directamente del bote, jeje.

Pero volvamos a estas estupendas galletas. Se trata de unas galletas muy ricas y contundentes, especialmente indicadas para estos días de frío que estamos pasando. Son crujientes, pero esponjosas y el aroma que poseen hace que su horneado sea una delicia. Así pues y como siempre animados a que  las probéis, allá va la receta.

La receta es una modificación de esta, del Rincón de Bea, un blog del que os he recomendado en numerosas ocasiones, pues es la Biblia española de la repostería (bajo mi humilde opinión, claro).

INGREDIENTES (para unas 28 galletas grandecitas)
-125gr. de mantequilla sin sal derretida.
-105gr. de azúcar moreno.
-125gr. de azúcar blanquilla.
-315gr. de mantequilla de cacahuete (yo usé la de mercadona).
-1 huevo L.
-1 cucharadita de postre de extracto de vainilla.
-220gr. de harina.
-1/2 cucharadita de postre de levadura en polvo.
-1/2 cucharadita de postre de bicarbonato.
-1/2 cucharadita de postre de sal.


Derretimos la mantequilla en el microondas y la ponemos en un bol. Aprovechando que aun esté caliente, ponemos la mantequilla de cacahuete en el mismo bol y batimos energicamente hasta que quede una masa uniforme tipo crema.


A esto le añadimos los dos azúcares y batimos de nuevo hasta que se mezcle todo. 


Finalmente añadimos el huevo y el extracto de vainilla y mezclamos hasta que quede todo una masa homogénea.


En otro bol, tamizamos la harina, la levadura, el bicarbonato y la sal y lo añadimos poco a poco al primer bol. Mezclamos bien, primero con la ayuda de un tenedor y luego con las manos hasta que este todo bien integrado. Os dará como resultado una masa que parece firme y homogénea pero que al cogerla es de tipo desmigado.

Hacemos bolitas con la masa y las colocamos sobre una superficie antiadherente (una buena bandeja de horno, la superficie de la cocina con un papel de hornear...).


Con la ayuda de un vaso o similar, aplastamos cada una de las bolitas, dejandolas de un grosor considerable. Si quereis hacerle alguna marca o decoración, este es el momento. Yo he usado una estrellita, pero podéis hacerle marcas con un tenedor o con lo que sea.



Meter las galletas en el congelador al menos una hora, aunque cuanto más tiempo mejor. Pasado este tiempo, precalentar el horno a 180º y una vez caliente (esto es muy importante) sacar las galletas del congelador, y hornearlas. Si las sacáis un rato antes, las marcas que hayáis hecho se difuminarán y deformarán en el horneado.

Las tendremos en el horno por 16 minutos y cuando estén, primero las dejaremos enfriar en la misma bandeja y cuando estén casi frías, se terminarán de enfriar sobre una rejilla. Es muy importante que no manipuléis las galletas recién salidas del horno, pues son muy frágiles al principio y se rompen enseguida. Pero luego se endurecen y quedan crujientes y muy ricas.


Espero que os haya gustado la receta y espero que os animeis a hacerla. Y si tenéis cualquier pregunta o sugerencia, no dudeis en escribirme.



Un gran saludo desde Mi Laboratorio.

sábado, 19 de enero de 2013

Tarta de plátano y ganaché de chocolate.

Cuando mi amiga Alba me encargó esta tarta para Carla, tenía muy claro que la quería con mi Banana Cake como base. Pero luego pensándolo entre las dos, llegamos a la conclusión que sería conveniente hacerle algunas modificaciones para que quedara más vistosa, más "de cumpleaños".

El chocolate era algo que debía estar presente también, así que se me ocurrió realizar una tarta redonda, con algún relleno y cubierta de ganaché de chocolate.


¿Conocíais el ganaché de chocoloate? El ganache es un término frances empleado en repostería en Francia desde el siglo XIX. Se emplea tanto para cubrir tartas como para rellenarlas, es también la cobertura e la mayoría de los bombones y también se suele emplear para rellenar o cubrir algunas galletas o pastas. Como curiosidad comentar que el término ganaché significa "tonto" o "incompetente" en Frances. Esto es debido a que, como muchas otras recetas, la aparición del ganaché se debió a la equivocación de un joven repostero en la cocina, tildandole su chef de "Ganaché!!" y quedandose el término para este exquisito brebaje. 

Para su realización, se puede emplear el chocolate blanco, el chocolate negro o el chocolate con leche, aunque según que chocolate empleemos las proporciones de la receta variarán. En muchas ocasiones la ganaché se puede aromatizar con esencias o licores, aportando olor y sabor a nuestras creaciones.

Vamos pues con la receta, que os recomiendo probéis, pues el resultado es una tarta jugosa y muy muy rica, además de bonita, lo que os llevará a triunfar en cualquier celebración.

INGREDIENTES (para una tarta doble de 20 cm.)

Para el bizcocho:
-Mi receta de Banana cake (éste), pero en un molde de 20cm. 

Hacemos dos discos de este bizcocho, cada uno de 20 cm, y una vez estén fríos (si puede ser de un día a otro, mejor), les cortamos la parte superior, "la tapita", para que queden bien igualados.



Reservamos.

Para el relleno:
En esta ocasión, para el relleno he empleado un banana cream delicioso y muy fino. Para hacerlo, necesitamos:

-1 plátano maduro.
-50gr. de mantequilla a temperatura ambiente.
-300gr. de queso tipo philadelfia (yo usé del mercadona)
-70gr. de azúcar glass.



En un bol, ponemos todos los ingredientes (el plátano hecho puré o a trocitos muy pequeños) y los batimos con las barillas eléctricas (o con el aparato eléctrico que tengáis), hasta que tengáis una crema.


Metemos la crema en una manga pastelera y lo llevamos al frigorífico, cuanto más tiempo mejor (si es de un día para otro, genial).


Teniendo los discos de bizcocho fríos y la crema que haya cogido suficiente cuerpo en el frigo, ponemos crema en el centro de uno de los discos y tapamos con el otro disco (tapamos con la parte recortada hacia la crema, para que la superficie de la tarta quede muy lisa).*


Reservamos en una rejilla.

Para la ganaché de chocolate:
-200gr. de chocolate de cobertura.
-200ml. de nata líquida.
-70gr. de mantequilla.



Ponemos la nata en un cazo y la llevamos a ebullición. La retiramos del fuego y le añadimos el chocolate hecho trocitos y vamos removiendo hasta su completa disolución. Entonces añadimos la mantequilla y seguimos removiendo hasta que se nos quede una crema fina y brillante.

MUY IMPORTANTE. Como es para cobertura, el ganaché se tiene que usar caliente, recién salido del fuego. Si es para relleno (aunque espero tener la ocasión de mostrároslo en alguna tarta en breve), la ganaché ha de reposar en el frigo bastante tiempo para adquirir una consistencia más espesa.

Teniendo la tarta en una rejilla o similar (para que caiga con facilidad), yo recomiendo poner abajo de la misma algún recipiente para poder aprovechar todo el chocolate que sobre.**

Entonces volcamos todo el ganaché encima de la tarta. El solo se va esparciendo, no hay casi que hacer nada, solo asegurarse de que quede todo bien cubierto. Lo dejamos todo tal cual, al menos un par de horas. Es muy importante no meterlo inmediatamente en el frigo, porque si no el chocolate "suda". Por eso recomiendo dejar algunas horas fuera. Tras esto, meterlo en frigo el mayor tiempo posible hasta que lo sirvamos (lo ideal, de la mañana a la noche).



El resultado es una cobertura muy brillante y bonita por si misma. Pero si queremos decorarla de alguna manera, el mitad del proceso de secado fuera del frigo será el momento perfecto para colocar nuestra decoración.

En este caso, puse unas letras de chocolate rosa, que era el color preferido de carla. Para hacerlas, necesitamos:
-Una tableta de chocolate blanco de cobertura.
-Colorante rosa, o del color que queráis.


Se funde al baño maría el chocolate y cuando este casi derretido del todo, lo apartamos del fuego y lo movemos hasta su completa disolución. Entonces vamos añadiendo el colorante al chocolate hasta obtener el color deseado.



Lo introducimos en una manga pastelera y sobre papel de hornear o sobre una plancha de silicona, hacemos las letras deseadas (yo recomiendo hacer un par o tres de cada letra, por que son frágiles y pueden romperse) y las introducimos en el frigo al menos un par de horas.

¡Y ya tenemos nuestra tarta!



Yo os animo a que probéis a hacer estas tartas para alguna ocasión especial. Tienen trabajo, pero el resultado es muy gratificante, pues celebrar esos días especiales con nuestras propias creaciones, no tiene precio.

Un gran saludo desde Mi Laboratorio.

*Si os sobra crema, podeis hacer unos magníficos cupcakes de plátano.
**El ganaché sobrante lo podéis meterlo en un tarro de cristal y guardarlo en la nevera para otra receta.

miércoles, 9 de enero de 2013

Galletas decoradas. Primera parte. La masa.

Pues ya estamos de vuelta tras todos estos días festivos. Desde Mi Laboratorio espero que hayáis pasado unas navidades maravillosas junto a vuestros seres queridos, que el año nuevo os traiga todos los deseos y esperanzas que os propongáis y que en este 2013 sigamos todos disfrutando de esta gran pasión que nos une: la repostería.

Y al hilo de esto, quería agradecer a todos los que habéis probado a cocinar con mis recetas durante estas fiestas, que se que habéis sido muchos. "Me llena de orgullo y satisfacción" (je, je), pues es uno de los claros objetivos del blog: poder compartir con todos mis recetas.

Hace tiempo que algunos me venís pidiendo que os ponga un tutorial sobre galletas decoradas. Por experiencia, he decidido separar en dos entradas esta receta, sobretodo por comodidad vuestra, pero también para así poder enlazároslas con mayor facilidad si en algún momento me las requerís.

En esta primera entrada, me centraré en la masa. De echo, como sabéis por entradas anteriores, son varios los tipos de galleta que pueden ser decoradas. Pero la masa que os pongo aquí es la común para galletas que van a centrarse en el decorado.


Se trata de una galleta de mantequilla compacta pero ligera, que por si misma tiene un sabor muy especial. Es quizá parecida en sabor a las clásicas galletas holandesas pero con una textura más densa para que aguante la glasa.

Vamos pues con la receta.
INGREDIENTES (para unas 40 galletas)
-250gr. de mantequilla a temperatura ambiente.
-250gr. de azúcar glass.
-1 huevo (yo usé XL) a temperatura ambiente.
-650gr. de harina.
-Leche.
-Una cucharadita de postre de esencia de vainilla.

Batir con las varillas eléctricas la mantequilla. Cuando haya adquirido una textura de pomada, le vamos añadiendo el azúcar glass tamizado poco a poco (un poquito y batimos con las varillas eléctricas, otro poquito y batimos y así sucesivamente). Continuamos batiendo hasta que veáis que está todo bien integrado. Os llevará un poco de tiempo, tened paciencia. El resultado es una crema muy esponjosa.

A esto le añadimos la esencia de vainilla y el huevo previamente batido. Mezclamos muy bien con la ayuda de las varillas eléctricas o manuales (o como queráis vamos).

Comenzaremos a añadir la harina tamizada del mismo modo que el azúcar. Ponemos un poco y mezclamos (aquí yo ya prefiero hacerlo manualmente), ponemos otro poco y mezclamos...y así sucesivamente. Cuando terminemos con este proceso, la masa habrá quedado desmigada, como si se separara en trocitos.

Será el momento de añadir la leche, con un chorrito tendréis (3 o 4 cucharadas usé yo). Amasáis hasta que os quede una bola lisa que no se pegue al bol o a la superficie de amasado. La filmáis bien.


Metemos esta bola en la nevera un par de horas como mínimo y una vez transcurrido el tiempo estiramos la masa con un rodillo. Este proceso será más cómodo si vais estirando la masa por trocitos. Pero tened cuidado de que el resto de masa continúe en la nevera. Las galletas tienen que quedar más bien gorditas.

Teniendo la masa ya estirada, le damos forma con los cortadores y las metemos un ratito en el congelador (por ejemplo cortamos unas pocas y mientras cortamos otras pocas las metemos en el congelador y así).


Vamos con el horneado. Yo os aconsejo que si hacéis varias formas diferentes de galleta, no las mezcléis al hornear, pues cada forma requerirá quizás unos minutos más o menos de horneado.

Precalentáis el horno a 180º y una vez caliente metéis las galletas (no se expanden mucho, pero no las peguéis del todo) y las horneáis unos 15 min.

Tenéis que estar pendientes, pues cada horno es un mundo. Las galletas no deben estar muy tostadas. Cuando las saquéis, quizás os parezca que están blandas y por lo tanto crudas. Pero estas galletas se endurecen cuando enfrían, así que mucho cuidado con eso.

Ya tendremos las galletas listas. Las podéis comer tal cual (están muy muy buenas) o decorarlas. En este caso es muy importante que las dejéis enfriar muy bien antes de decorarlas. No pasa nada si las dejáis uno o dos días antes de decorarlas, son galletas que duran hasta dos semanas en perfectas condiciones. Eso si, para conservarlas, lo mejor es una caja de lata o en su defecto, un tuperware, en ambos casos, hay que cerrarlo muy bien.

Espero que os haya gustado esta primera parte de las galletas decoradas y que bien para decorarlas o bien para comerlas tal cual, probéis a cocinarlas en casa. ¡Y luego que nos lo contéis claro!

Un gran saludo desde Mi Laboratorio.